martes, 21 de octubre de 2008

Perspectivas...


Todavía no termino de entender porque cuando fui niño busqué siempre amistad con personas mayores. Mis padres y don chepe, compadre de mi papá, dicen que siempre fui muy serio.


Por acompañar a mi hermano a la Universidad Popular, estudié un tiempo artes plásticas. El maestro Rodolfo Galleotti fue mi mentor de escultura. Recuerdo el primer trabajo que tuvimos que hacer, el cual era una replica de una ladrillo con las justas medidas de un modelo de esos que vemos en las construcciones. Luego teníamos que modelar un tecomate que en su parte mas gruesa tenía un trapo humedo con varios pliegues o arrugas que ya complicaban la labor de modelaje. En la clase de acuarela no puedo olvidar las enseñanzas del maestro Carrera, quien utilizaba por modelo bolsitas de café quetzal acompañadas de otras cosas para completar un bodegón. Me llamaba mucho la atención entrar a las clases de dibujo desnudo. Decían que las modelos eran reales, pero por ser menor de edad no me dejaban entrar. Recuerdo también la clase de cerámica con sus cilindros en un material gris que se modelaba chorizo por chorizo hasta darle la forma deseada.

Mi sueño fue siempre ser maestro primero y después médico. Cuando escogí mi carrera de nivel medio, como estudiaba de noche y trabajaba de día, busqué escuela nocturna que tuviera magisterio y no encontré. Tuve que estudiar Perito Contador en la Escuela de Comercio. Ahora he llegado a la conclusión que siempre estuve en capacidad de estudiar y concluir cualquier profesión que me hubiera propuesto alcanzar.

El examen vocacional de la USAC me ofreció como vocaciones ideales: medicina, psicología y auditoría. Por cuestiones económicas y de trabajo tuve que optar por la auditoría a pesar que mi deseo era estudiar medicina. Creo que tengo la sensibilidad del caso para ser médico y favorecer a los necesitados. Sin embargo, la consultoría y la auditoría que son áreas mercantiles me permiten ser más frío en los negocios porque no es una vida la que esta en juego.

Nunca hubo una conversación directa con mis padres en cuanto a lo que ellos esperaban de mi profesionalmente. Lo que si esperaban ellos era hacer de mi un hombre responsable, honrado y con deseos de llegar a estar en mejor situación de la que ellos estuvieron. Mi padre era un albañil y mi madre una niñera.
Pude compartir con ellos dos los frutos de mis profesiones como Perito Contador y como Auditor. Como mi madre vivió más años fue mas afortunada en acompañarme en algunas circunstancias de la vida que fueron mas placenteras que las que mi padre pudo darle.

Aún tengo en mi corazón el deseo de estudiar derecho porque he descubierto que me apasionada la interpretación de las leyes y que su dominio puede colocarme en una situación de ventaja frente a mis colegas auditores dedicados a la asesoría en materia tributaria.

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